Ejemplo de medio en la web que busca su espacio


Periodismo a bordo de El Buque de Papel


Por: Carlos Fernando Álvarez C.
Hexágono 06
Bogotá

Rescatar lo cotidiano, como susceptible de ser contado, narrado, y convertido en noticia para un público que no quiere seguir leyendo lo mismo de los medios masivos de comunicación en Colombia es el objetivo fundamental de El Buque de Papel, portal virtual que lleva dos años de preparación y seis meses de trabajo ininterrumpido, o “al aire”, si el término radiofónico puede ser utilizado en las vías de la autopista mundial de las telecomunicaciones, o internet.

El nacimiento de El Buque de Papel
surgió como una respuesta al desempleo en el que varios comunicadores y periodistas colombianos, se encontraban a inicios de 2006.

El proceso de monopolización y fusiones de medios de comunicaciones como de compra de emisoras y periódicos en Colombia por parte de multinacionales españolas, como Prisa, y ahora Telmex, comenzó hace una década, cuando internet aún no era lo que es hoy, es decir una promisión de información, de material para publicar o difundir a través de la radio y prensa, aunque con más recelo por la televisión. En 1997, internet era algo accesorio y que empezó como algo de moda y esnobismo, antes de ser el caudal informativo de la actualidad, con los problemas que de ello surgió, como las páginas y comunicados apócrifos en medio de lo conflictos nacionales e internacionales.

Hace una década, existían doce noticieros diferentes de televisión, más de 15 productoras de este servicio, emisoras tradicionales, con espacios periodísticos fuertes y de tiempo, y más de cinco periódicos nacionales. Cuando los dos grandes grupos económicos decidieron presionar para modificar la ley de televisión y permitir la privatización del servicio en Colombia generarían unos procesos de cierre y fusiones, donde el pez grande come al chico, que duran hasta hoy. Un año después de vigencia de la ley de TV de 1996, es decir 1999, sobrevivían 6 noticieros e igual número de productoras. Hoy, casi 10 años después el mercado es manejado por el oligopolio de las dos cadenas poderosas, RCN y CARACOL, cuyos noticieros son los únicos vistos. Dos noticieros más, CM& y Telepaís, malviven cada noche con el rating.

En radio ocurrió lo mismo, y ambas marcas, RCN y CARACOL, ésta última del emporio español Prisa, dueños del diario El País, y la Cadena Ser, son las que mandan la parada, con la aplicación de políticas de mercado laboral y “flexibilización”, así llamadas, y que no son otra cosa que despido de trabajadores con experiencia y más de 10 años de labores y con un sueldo mediano, para contratar practicantes recién egresados de las universidades y con salarios bajísimos, además de ser sujetos de explotación.

Pero además de esta situación laboral particular, los grandes medios acentuaron su práctica de alianza con el poder político y los gobiernos de turno, todo por la pauta, entregando un menú informativo que esconde los males nacionales, que oculta los deslices y corrupciones del mandatario de turno, y que crean una burbuja de consumo, a través de las “noticias del espectáculo”, un verdadero festival de reinas, culos y tetas, deportes y telemensajes dirigidos a la compra de productos establecidos.

¿Y dónde quedaron las historias bien contadas, a través de géneros como la crónica y el reportaje, o tan siquiera una entrevista jugosa? Es en este nicho olvidado, que los periodistas que conforman la propuesta de El Buque de Papel quieren fortalecerse y posicionarse.

Así que todo comenzó oficialmente el 9 de abril de 2007, con una edición especial de lanzamiento recordando los 59 años del asesinato del líder político colombiano Jorge Eliécer Gaitán y las teorías, decenas, acerca de quién lo mandó a matar y por qué motivo, donde la Guerra Fría tuvo mucho que ver en opinión de estudiosos del tema entrevistados para tal efecto.

Luego, en julio, cuando la opinión colombiana se vio sacudida por el asesinato de once de los 12 diputados del Valle del Cauca secuestrados por las FARC en 2002, y las marchas y caminatas de sus familiares a través de toda la nación, fue la coyuntura precisa para narrar y contar un hecho cotidiano, pero doloroso de la realidad nacional, en la primera edición formal de El Buque de Papel.

Además, otro de los objetivos del semanario, cuyos nuevos números aparecen todos los lunes, es el de dar un corte cultural al asunto. Es así como los fallecimientos y homenajes al negro Fontanarrosa, o al escritor colombiano Germán Espinosa, como a Borges poblaron sus bits y pantallazos a lo largo de 2007, entre otros ejemplos.

Hoy seis meses después y más de 500 mil hits registrados, El Buque de Papel recoge en su tarea diaria lo que una investigación hecha por el Instituto de Ciencias y Tecnologías de Colombia, Colciencias elaboró acerca de la sistematización de experiencias educativas, pedagógicas, y por ende, de comunicación.(1)

Afirma el documento que “la sistematización de experiencias, en este caso de historias de vida, de crónicas de ciudad, generan una producción de conocimiento, interpretación crítica, y recuperación, conocimiento e interpretación de la experiencia”.

Reafirma el estudio que hay diferentes tipos de grupos o de personas, como de entidades encargadas de esas sistematización o uso de las nuevas tecnologías, pero que no pueden ser consideradas como similares. “Sin embargo, hay fases o momentos que siempre se realizan; lo que cambia es la intensidad del trabajo y la forma de hacerlo”. En este caso, los periodistas y/o comunicadores tienen una ventaja de estudio y/o de experiencia a la hora de narrar o de contar noticias, primero, o crónicas después, a través de los medios masivos de comunicación.
Así es que esta experiencia que originalmente iba a ser en papel, pero que por los altos costos de producción y la falta de recursos económicos, decidió meterse en el mundo virtual busca su espacio y consolidación a través del que será el medio del futuro inmediato, como es la web.

Una diferencia fundamental es que El Buque es un medio que busca ser medio así cambie de escenario, y no es un blog, de los que tanto se habla y de los que tantos hay sin que lleguen a ser “puro periodismo”; no por cuestiones de “pureza”, que no existen, sino en el otro termino de la palabra: de hacer periodismo por periodismo, sin más pretensiones que las de contar y con estilo, la vida, la cotidianidad, la historia que pasa ante nuestros ojos.

(1) Artículo de Lola Cendales. En Revista Aportes, número 44, 2001. Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD. Bogotá-Colombia.

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